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Los parásitos en los perros domésticos.

La parasitosis es una afección común. Esta presente en todo el mundo y pueden infestar con facilidad tanto a nuestras mascotas como a los miembros de la familia. Es fundamental su prevención o si ya están presentes, eliminar los parásitos tanto internos como externos de los perros.

Tipos de parásitos.

Los parásitos se diferencian en dos tipos:

Parásitos externos.

Los principales y más comunes son: las pulgas, las garrapatas, los ácaros y los piojos. El daño más importante que causan es a nivel de la piel, causando lesiones e intenso prurito (comezón).

Lo grave de ellos es que además de las molestias que causan, son vectores de otras enfermedades que pueden comprometer seriamente la salud de las mascotas y sus propietarios.

El tratamiento adecuado es con base a sustancias insecticidas. Estas deben de manejarse bajo la prescripción del médico veterinario para evitar efectos no deseados.

Existen productos de aplicación tópica y oral que eliminan al parásito y ayudan a prevenir la infestación de 30 a 90 días dependiendo cual sea el involucrado.

Parásitos internos.

Dentro de los parásitos internos de los perros, tenemos organismos que afectan a nivel intestinal, pulmonar y cardíaco.

  1. Parásitos intestinales

    • Gusanos redondos (Ascaris). Son los más frecuentes y pueden alcanzar un tamaño considerable. Los huevecillos resisten mucho tiempo en el ambiente. Es un parásito común en los cachorros ya que la transmisión puede ser vía trasplacentaria en el caso de una madre infestada. El contagio también se puede dar al ingerir un huésped intermediario, como los roedores, o al tener contacto con excretas contaminadas.

    • Tenias. Estos parásitos pueden llegar a medir hasta 2 metros de longitud. No tienen la forma típica de un gusano o lombriz. Se forman por pequeños segmentos llamados proglótidos, que se desprenden y aparecen en el excremento como “granos de arroz” que se mueven. En su transmisión tiene un papel preponderante la pulga, ya que es un huésped intermediario. Cuando el perro se rasca puede tragar a la pulga y de esta manera ingresan los huevecillos de las tenias para completar el ciclo.

    • Estrongilos (Ancylostoma). También se le conoce como “gusano gancho”. Estos se fijan a la mucosa del intestino y absorben sangre directamente. En los humanos produce una enfermedad llamada “larva migrans cutánea” al atravesar la piel produciendo comezón.

    • Tricúridos (Gusano látigo). Estos se fijan en la mucosa del intestino grueso. También pueden resistir años en el ambiente.

    • Protozoarios. Los protozoarios son parásitos unicelulares, no se clasifican como “gusanos”. Los perros y principalmente los cachorros se ven afectados por dos tipos principales: Giardias y coccidias.

  2. Parásitos pulmonares (Angilostrongylus). Viven en los vasos sanguíneos de los pulmones. Provocan tos, intolerancia a la actividad y coagulación sanguínea. Puede llegar a ser mortal su padecimiento.
  3. Parásitos del corazón (Dirofilaria). Este parásito se instala en el corazón y en los grandes vasos sanguíneos pulmonares que llegan al corazón. Igualmente, causan tos, intolerancia al ejercicio, fatiga, etc. Provocan la muerte del paciente si no se atiende en tiempo.

Signos clínicos.

En muchos casos el padecimiento puede cursar asintomático. Los signos más comunes son diarrea, vómito, gases, inapetencia, sangre en las heces, pérdida de peso y en el caso de los cachorros, no hay ganancia de peso y hay retraso en el crecimiento, así como distensión abdominal.

Prevención.

La prevención es muy simple: limpieza e higiene. No permitir que el perro olfatee excrementos en la vía pública y el campo, evitar el consumo de alimentos y agua de dudosa procedencia y con el riesgo de estar contaminados por huevecillos de parásitos o giardias. Levantar a la brevedad y desechar el excremento de nuestro perro. Es conveniente que el área donde defeque y orine el perro sea de concreto o cualquier material fácil de limpiar y que no sea poroso.

 

Debemos evitar que el perro ingiera alimentos o agua fuera de nuestro control durante su paseo. Imagen: Pixabay

Tratamiento.

El tratamiento para los parásitos en los perros siempre debe de ser indicado por el médico veterinario. Existen infinidad de principios activos que pueden venir solos o combinados dependiendo del o los parásitos que queramos atacar.

En el caso de los protozoarios, giardias y coccidias, requieren de drogas diferentes a las de los gusanos. Por eso es muy importante tener un diagnóstico adecuado antes de medicar.

De acuerdo al riesgo de contaminación de nuestra mascota, podemos desarrollar un programa de desparasitación trimestral, semestral o anual, sin embargo, lo conveniente es hacer un examen coproparasitoscópico previo, para conocer qué tipo de parásito lo está afectando y más importante aún, si efectivamente esta parasitado. No es recomendable administrar un medicamento si realmente no lo requiere y, por otro lado, que puede ser lo menos importante cuando de salud se trata, no tiene sentido gastar en un producto que el paciente no necesita.

Autor: Heron Pazzi

Médico Veterinario Zootecnista, dedicado a la clínica y cirugía de perros y gatos. Ex académico de la FMVZ UNAM y de la FCN UAQ. Conferencista y amante de los perros y su bienestar.

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