Hematoma auricular en las mascotas.
El hematoma auricular en las mascotas, también llamado otohematoma, es una acumulación de sangre entre la piel y el cartílago de la oreja. Se presenta en la cara interna del pabellón auricular y lo pueden sufrir tanto perros como gatos.
Como se verá más adelante, la intervención del médico veterinario en estos casos es siempre necesaria, a efecto de evitar la deformación de la oreja involucrada.
Una oreja inflamada.
Lo primero que va a notar el propietario es que una oreja de su mascota esta inflamada. Ya sea en alguna zona o en su totalidad. ¿Qué puede hacer? Absolutamente nada, tiene que acudir con su médico veterinario a la brevedad. Si la visita se retrasa, además de hacer pasar incomodidad a su mascota, la oreja se deformará irremediablemente.
¿Qué provocó el hematoma auricular?
El otohematoma siempre es causado por un trauma, pero la gran mayoría de las veces es el efecto secundario a una otitis.
Se le ha asociado con una mayor fragilidad capilar, la cual es común en pacientes con enfermedad de Cushing.
Ocasionalmente puede deberse a una lesión durante una pelea, aunque por lo regular es porque el perro o gato sacude la cabeza o se rasca con intensidad la oreja por un problema en su oído externo o medio, que causa dolor o comezón.
Al sacudir la cabeza, las orejas pueden golpear contra los huesos del cráneo o algún objeto y los pequeños vasos sanguíneos se rompen. Esto provoca un sangrado que se acumula entre la piel y el cartílago auricular. Inicialmente, la sangre almacenada causa irritación y la respuesta es sacudir más la cabeza y rascarse enérgicamente, lo que empeora la situación.
El hematoma puede extenderse a todo el pabellón, incluso bloqueando la entrada al canal auditivo. Esta “bolsa de sangre” puede llegar a reventarse en una sacudida de cabeza o al rascarse y… no querrás imaginar el resultado, tu casa parecerá escena de una película de terror.
Si no se resuelve a tiempo, la sangre comenzará a formar un tejido cicatricial y la oreja se deforma de por vida.
Diagnóstico.
Como es evidente, el diagnóstico de un hematoma auricular en las mascotas es sumamente fácil. Es indiscutible la inflamación del pabellón auricular y al tacto está blando, fluctuante y caliente. La oreja se ve caída lateralmente, fuera de su posición y alterada en su forma.
Es muy importante indagar qué originó el problema y por qué la mascota respondió provocándose el hematoma. Como se mencionó, la gran mayoría de las veces, existe un factor primario en el oído del paciente. El médico veterinario tendrá que hacer el diagnóstico preciso mediante un examen otoscópico y probablemente algún cultivo o citología de la zona.
Los únicos diagnósticos diferenciales son un absceso o un tumor. El profesional veterinario podrá notar la diferencia fácilmente.
Hematoma auricular. (Imágenes cortesía: MVZ Hugo Tapia Mendoza.
Tratamiento.
Definitivamente no existe un remedio para resolverlo en casa. Tampoco existe un tratamiento médico efectivo.
En ocasiones, se puede intentar el drenado mediante una aspiración con una aguja y jeringa, pero los más factible es que el hematoma se vuelva a presentar. Han reportado la aplicación de una cánula para facilitar el vaciado, sin embargo, el sangrado será continuo y es difícil convivir así con la mascota.
Finalmente, la solución efectiva es quirúrgica (sin olvidar el tratamiento al factor primario). Se hace una incisión a lo largo del pabellón auricular para facilitar el drenado. Se limpia el tejido cicatricial que pueda existir y se ponen varios puntos independientes que hacen presión para apoyar la adhesión de la piel y el cartílago nuevamente. La incisión inicial, se deja sin suturar para favorecer el drenaje y cierra por lo que se le llama “2ª intención”. Los puntos deben permanecer por lo menos dos semanas.
Es conveniente aplicar un vendaje para evitar problemas si el paciente sacude la cabeza y se puede considerar el uso del collar isabelino.
(Imagen cortesía: MVZ Hugo Tapia Mendoza)
Conclusión.
Queda claro que la mayoría de las veces, un hematoma auricular en las mascotas, es secundario a un factor desencadenante. Al detectar el problema, se debe de acudir al centro de salud veterinario para resolver a la brevedad.
Un hematoma auricular no atendido, deformará permanentemente la oreja. Por un lado, la cuestión estética es importante, por otro lado, recuerda que la posición y los movimientos de las orejas son trascendentes en su comunicación con otros individuos.
La única manera de prevenir esta situación, es estar seguros de que sus conductos auditivos están sanos. Si existe alguna patología se le debe de atender de inmediato.