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Dermatitis alérgica al piquete de pulga.

Los problemas dermatológicos en gatos y perros son una de las razones más comunes para visitar al médico veterinario. Es notoria la alta incidencia de casos por dermatitis alérgica al piquete de pulga. Muy frecuente en ambas especies.

Las pulgas son parásitos de amplia distribución mundial. Tienen la posibilidad de sobrevivir durante todo el año, aunque subsisten mejor durante los meses húmedos y calurosos.

Cabe aclarar que no todas las mascotas infestadas de pulgas desarrollan la dermatitis alérgica al piquete de pulga. Sin embargo, es conveniente conocer al respecto para en su caso, actuar a la brevedad.

¿Qué causa la dermatitis alérgica al piquete de pulga?

Durante el proceso de alimentación de la pulga, esta inyecta su saliva en la herida para prevenir la coagulación sanguínea. La saliva contiene diferentes sustancias (enzimas, polipéptidos, aminoácidos y compuestos aromáticos), de las cuales las fracciones proteicas pueden inducir una reacción de hipersensibilidad.

No todos los perros y gatos desarrollan el padecimiento. Tampoco influye la carga parasitaria del paciente, con una sola mordida, si este es sensible, presentará los molestos signos.

Pulga del perro y el gato. La especie C. felis se presenta en el 92% de infestaciones en caninos y 99% en felinos.

Signos clínicos.

De entrada, como con la picadura de cualquier insecto, la mascota manifestará prurito (comezón). Aunque no veamos pulgas, este simple hecho debe ponernos en alerta.

Una vez que la pulga pica a un perro o gato que sufre de dermatitis alérgica al piquete de pulga, se rascará intensamente. A consecuencia del rascado comenzará a perder pelo y aparecer rasguños y heridas que pueden agravarse por el autotrauma y posteriormente infectarse.

En el caso del perro, la zona más afectada es la región lumbo-sacra (espalda baja, muy cercana al maslo de la cola). Se aprecia alopecia (falta de pelo), costras y “polvo negruzco” (excremento de las pulgas). Si tomamos ese “polvo” y lo ponemos sobre un papel o servilleta blanca y le agregamos agua, se disuelve tomando un color rojo, correspondiente a la sangre digerida. Paulatinamente el área afectada puede ir aumentando, involucrando la cara posterior de las piernas, el vientre e irse generalizando.

En el caso de los gatos, las lesiones son similares y se manifiestan principalmente alrededor del cuello y la espalda. Al igual que en el perro, pueden ir incrementando las áreas con alopecia y lesiones. Es una de las posibles causas de la llamada dermatitis miliar felina.

Tratamiento.

El paso principal es eliminar el agente causal, las pulgas. Para ello, tradicionalmente se han usado sustancias insecticidas incluidas en jabones, shampoos, talcos, collares antipulgas y los conocidos como Spot-on que se aplican sobre la espalda de la mascota.

Es conveniente la supervisión del médico veterinario, ya que siempre existen riesgos y se han reportado efectos secundarios a estos productos. Por otro lado, hay estudios donde se ha encontrado restos de ellos en los drenajes, ríos y lagos, que obviamente afectan a organismos que ahí habitan.

Existen tratamientos naturales, no agresivos para el paciente (ni el medio ambiente), con la desventaja de un menor efecto residual.

El tratamiento debe de acompañarse con medicamentos que inhiban la reacción alérgica, desinflamando y calmando la comezón. Así como en el caso de infección secundaría agregar un antibiótico.

Lo anterior es con respecto a la mascota, pero el tratamiento debe de ser integral, es decir, debemos atender también su entorno. La pulga se sirve del paciente para comer, pero se reproduce abajo de él. Puede depositar sus huevos en las alfombras de casa, pilas de madera, el jardín, etc. Por lo tanto, en casos de infestación severa, habrá que fumigar y para la limpieza es recomendable el uso de aspiradora, más que la escoba. Igualmente, el lavado de su cama y mantas.

Finalmente, si conviven varias mascotas, se debe de proporcionar el tratamiento de forma inclusiva, no solo a la que sufre dermatitis. Considera que todas podrán estar parasitadas, más solo la que es sensible manifiesta la patología.

Recomendaciones.

  • La pulga es un vector involucrado en la transmisión del parasito Dipillidium caninum. Si tu mascota sufrió de infestación por este ectoparásito, debes también desparasitarlo internamente empleando algún producto que elimine cestodos. No olvides tratar a todas las mascotas que convivan en tu hogar.
  • Nunca utilices en un gato un producto para perros, a no ser que la etiqueta señale que está indicado para ambos. Los felinos pueden intoxicarse y morir fácilmente con sustancias que el perro tolera sin riesgos.
  • Nunca coloques un collar isabelino para evitar que se rasque tu mascota si paralelamente no estas administrando una terapia que inhiba la comezón.
  • El exterminar las pulgas en el paciente y su entorno, a veces puede ser complicado. Lo que lleva a un problema grave y que no se le ve fin. Si te estás enfrentando a algo parecido, consulta a tu médico veterinario, él tiene el conocimiento y los elementos para resolver la situación.
Autor: Heron Pazzi

Médico Veterinario Zootecnista, dedicado a la clínica y cirugía de perros y gatos. Ex académico de la FMVZ UNAM y de la FCN UAQ. Conferencista y amante de los perros y su bienestar.

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